lunes, 5 de noviembre de 2012

"GREEN MANOR" de Bodart y Vehlmann


Título Original: Green Manor (FRA)
ISBN: 9788492902583
Editorial: DIBBUKS
Fecha de edición: octubre 2011
Formato: Libro rústica, 200 págs a color.

Jareth: PASEN Y VEAN


Conocida y documentada es la existencia e importancia de elegantes clubs de caballeros en el Londres decimonónico. Una época en la que pertenecer a un club era parte imprescindible para ser alguien en sociedad, para estar a la moda. Estos clubs se caracterizaban, además de por ser exclusivos para caballeros, por relacionar o vincular a sus miembros de alguna manera. De esta forma el club al que uno pertenecía era algo así como una manera pública de proclamar quién se era, cuales eran sus ideas políticas o religiosas, cuales sus aficiones y gustos ( hasta culinarios, ya que hubo un ¿¡Club del bistec!?) o, porque no, sus excentricidades. 

En innumerables ocasiones la literatura ha gustado de reflejar estos clubes victorianos en sus páginas, utilizándolos  incluso como localización origen de sus tramas, como el famoso Reform Club donde da inicio "La vuelta al mundo en 80 días". Otras ha gustado de reflejar con ellos parte del carácter de algunos de sus extravagantes miembros como el hermano mayor de Sherlock Holmes, Mycroft, miembro cofundador del club Diógenes, donde la norma principal era respetar en su interior el silencio hasta límites solipsistas. 

Nutrido de  ese contexto y época aparece Green Manor, album integral que, lujosamente editado por Dibbuks, reúne los tres albums del mismo título aparecidos en el país vecino. 



Green Manor es el nombre del exclusivo club que sirve como lugar de conexión entre las 16 historias autoconclusivas que nos presenta el integral. 16 encantadoras historietas criminales, como reza el lomo del cómic. Pero no solo eso. Sí antes decía que los clubes victorianos tenían cierto carácter temático, muy del gusto de sus socios, Green Manor, el cómic, pero también el club, tiene una innegable y morbosa relación con el crimen,  la muerte, y las historias macabras. Eso es lo que encontramos entre sus acogedoras y elegantes páginas, un buen puñado de ingeniosas e intrigantes historias que sorprenden y deslumbran a lector con sus resoluciones. Al menos en la mayoría de los casos, ya que las últimas historias son algo más flojas y menos redondas que sus precursoras. Pero bueno, difícilmente se podía mantener impertérrito el altísimo nivel de historias como "Postdata", "Modus Operandi", "21 alabardas", "La balada del Doctor Thompson", "Juego de niños", "La marca de la bestia", "Últimas voluntades" o "Noche Vudú". Eso no quita que el resto de las historias no sean buenas, que lo son, pero es que las hay tan deliciosamente astutas e inteligentes que inevitablemente hacen palidecer a sus amigas menos dotadas. 




Pero no vayáis a pensar que Green Manor carece de humor por contar una serie de historias en su mayoría fúnebres. No. Hay mucho humor en Green Manor, un humor negro que, asociado a un irónico Destino,  será apreciado por el lector pero muy pocas veces, por no decir ninguna, por los personajes protagonistas. Y es que el humor negro es una cuestión de pura perspectiva. Es gracioso para el que lo contempla desde la distancia pero, evidentemente, no para el que lo padece en sus carnes. Pero podéis estar tranquilos, porque pese a la fantástica recreación gráfica de Denis Bodart, nunca llega a traspasar las páginas. 

Y aquí voy a otro de los elementos que hacen muy atractivo este cómic: el dibujo. Pese a la reducción de página respecto a la edición original francesa, he disfrutado de todas y cada una de las páginas de Bodart, autor que desconocía hasta la fecha. Su trabajo en Green Manor refleja a la perfección todos lo elementos comunes y reconocibles en este tipo de relatos de género. Tanto la indumentaria y modismos de los personajes, como los escenarios, los objetos, y todas y cada una de las cosas que aparecen en las viñetas, remiten a la perfección a la época referida.  Su estilo se caracteriza por cierto tono contenidamente caricaturesco, que le viene al dedo a  la narración, y por una soltura y elegancia exquisita, que uno puede comprobar en toda su pureza en los extras finales, que contienen bocetos e incluso los lapices íntegros de una de las historias. Cierto es que, acostumbrados al  obsesivo detallismo propio de muchas obras de la  BD, algunos escenarios puedan parecer  abocetados y es así, pero también es cierto que  el desparpajo del dibujo de Bodart no requiere más. Sus expresivos personajes nunca quedan ahogados por los fondos en que se mueven. 




Otro aspecto que me ha llamado gratamente la atención es el amplio repertorio de caras de Bodart. Pese a la cantidad de personajes que aparecen, sus rostros siempre son refrescantemente diferentes. Se aprecia además  una evolución gráfica a lo largo del volumen. 

A nivel narrativo se mueve en una composición de página clásica de la BD (cuatro filas de viñetas)  pero idónea en su eficiencia para con el relato. 

Por otro lado, su notable labor gráfica viene convenientemente reforzada por un estupendo color  a cargo de Scarlett, que en algunos casos colabora con un tal Simon y el mismo Bodart.  El color es convenientemente atmosférico, con viñetas completamente impregnadas por un color predominante en sus múltiples tonalidades. Abundan, por ejemplo,   las gamas de marrones  otoñales en  espacios cerrados ( como salones de ambiente cargado o iluminados por lamparas de gas), y los azules para  exteriores durante la noche. Estos dos, junto con el verde, serían los colores básicos en que se desgranan la mayoría de las páginas. 




Otro aspecto de agradecer, y muy tradicional en este tipo de recopilaciones, es la forma de presentación y conclusión del cómic. Los autores crean una narración que, a modo de prólogo y epílogo, da pie y fin al conjunto de todas las otras y que introduce al lector en la atmósfera  idónea para afrontar la lectura. Esta es la historia de Thomas Bellow que, desde su celda en el psiquiátrico, explica a un alienista  que le visita dieciséis de las historias de las que tuvo conocimiento en su trabajo de sirviente en el Green Manor Club. Sus subyugantes palabras, con los ojos inyectados en misterio y locura,  antes de iniciar sus narración son: "Sigame, por favor. Vamos a entrar en el gran salón. Siempre empieza ahí". Unas palabras escénicas, muy literarias, que remiten a una larga tradición de relatos de misterio, pero que no son ciertas (aunque si que todas las historias estén vinculadas al club y sus miembros). 



También muy cuidadas e interesantes  son las múltiples referencias de Green Manor a elementos de su órbita de generación. Por ejemplo, se menciona a Thomas Quincey, autor de "El asesinato como una de las bellas artes", a William Blake, a  Arthur Conan Doyle, que aparece  como personaje, a Lewis Carroll, del que algunos relatos extraen un carácter absurdo y lúdico pero innegablemente lógico, etc. No obstante,  se echa a faltar una clara referencia a una  de sus más reconocibles fuentes: el gran Edgar Allan Poe. 



Green Manor recupera, en sus personajes y ambientes,  el decadentismo moral de la época victoriana y hace de él un plato exquisito para el lector. El aficionado a los cómics paladea de esta forma, en viñetas, un sabor que seguramente ya había probado en el cine o la literatura. Y el resultado, al menos para mi gusto, es satisfactorio.

Incluso contribuye a la recreación la excelente edición de Dibbuks, imitando en su exterior la imagen y tacto de un viejo libro. En su ánimo de parecerlo, tiene hasta la típica tira de tela que hace de marca-páginas.  

Del interior nada a criticar tampoco, ya que  el papel y la reproducción de las planchas son de calidad.



Vamos, que está claro que me ha gustado mucho este Green Manor. Como dije anteriormente, la única pega que le encuentro, por poner alguna, es que algunos relatos (los menos) son más flojos que el resto.  Aún con eso, todos ellos son de una precisión digna de relojería suiza. Algunos, incluso, consiguen con maestría provocar eso tan difícil que es el desconcierto final, resultando perfectos para leer a la luz de una lampara, tomando un té, por aquello del espíritu inglés. 

Cómo diría un guía que presenta  un lugar digno de verse,  en su presunción de que va a gustar y sorprender a sus acompañantes, o, porque no, como diría el mayordomo que enseña el Green Manor a  posibles nuevos miembros,  os digo:  pasen y vean...y cojan asiento. 

Mi valoración: 8 ( sobre 10)



11 comentarios:

  1. He visto este tomo en alguna de mis batidas a la tienda de cómics y la impresión, sobre todo así de primeras por el dibujo de Bodart (autor que yo tampoco conocía de antes) siempre ha sido buena. Además, el aspecto de la edición de Dibbuks es, tal y como cuentas, muy atractivo a la vista a pesar de la reducción de tamaño.

    Por otra parte, me encanta el formato historieta corta, y si dices que varias de las que contiene son muy buenas... ya está, creo que tu artículo ha causado el golpe de efecto para que quiera hacerme con él cuando pueda! :)

    Por cierto, que Vehlmann también es el guionista de 'El Marqués de Anaón'. No sé si conoces esta serie de aventuras, pero es muy entretenida y el dibujo (que mejora sucesivamente) está a cargo de Matthieu Bonhomme, cuyo trabajo gráfico me gusta bastante.

    Gracias por la recomendación, Jareth!

    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias a ti por la visita y la atención, Jolan. Green Manor es una buena adquisición. No sé de nadie que no le haya gustado, pese a que no todas las historias atesoren la misma calidad (lo cual es imposible, por otro lado).

      Precisamente el que me lo recomendó fue Sergi San Julian, así que le hice caso acertádamente.

      "El Marqués de Anaón" lo conozco aunque no lo leí. Viendo que te ha gustado tomo nota para mirarlo con más detenimiento.

      De Vehlmann, antes de "Green Manor", me parece que solo había leído su incursión en Spirou y Fantasio, "Los gigantes de petrificados", que aunque me gustó lo suficiente, todo sea dicho, no me llegó a apasionar.

      Ya contarás que te parece "Green Manor" cuando lo leas.

      Saludos desde dentro del laberinto!!

      Eliminar
  2. "Green Manor" es un magnifico álbum, muy recomendable.
    Un saludo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Saludos, Francisco. Ahora ya si que seguro que con tu refuerzo de admiración por "Green Manor" ya hemos convencido completamente al amigo, Jolan, y a quienes estuvieran indecisos. je,je

      Por cierto, que "Green Manor" tuvo una primera edición que se agotó. Lo sé porque cuando fui a comprarlo en su momento estaba agotado y tuve que esperar a su reedición. Vamos, que es ese tipo de cómics que no parece haberse dado a conocer a "bombo y platillo" y que, sin embargo, parece que se ha vendido estupendamente bien. Por algo será.

      Saludos desde dentro del laberinto.

      Eliminar
    2. Tan sólo anunciar que Green Manor ya ha caído en mis garras comiqueras, héhéhé!!

      Eliminar
    3. Ya dirás que opinión te merece, Jolan. Espero que te guste.

      Eliminar
  3. La verdad es que es muy llamativo este cómic por todo lo que cuentas: formato, dibujo, estilo de narración y encuadre espacio-temporal. Me encanta el aspecto que has comentado de que haga referencias a su contemporaneidad interna. Valoro mucho eso en cualquier elemento cultural (una peli, un libro, una exposición...) Este cómic no sólo te cuenta varias historias, sino que te abre la puerta a otras tantas. Ya sólo por eso, veré si puedo hacerme con él. Bueno, por eso y por sentirme como Phileas Fogg xDDD

    Estupenda reseña. Un saludo! =)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Marikiya. "Contemporaneidad interna", una perfecta definición en un término, la tuya, de ese aspecto del cómic. A este paso vamos a montar un club de admiradores del Green Manor!! que bien lo merece je,je

      Saludos desde dentro del laberinto!!

      Eliminar
  4. De Bodart ya se había publicado algo: Nicotine, junto al guionista Yann. Se publicó por entregas en El Vívora, e incluso salió un álbum recopilando algunas de ellas. Queda pendiente de publicación en este país Célestin Speculoos, que hizo con al mismo autor.

    Vehlmann tiene la serie Seuls (Solos) junto a Gazzotti, que no sé si se ha publicado aquí, pero de la que ya circulan traducidos por la red al castellano los seis primeros álbumes. Es una especie de El Último Recreo con un aire a Franquin.
    También tiene el álbum "Les géants pétrifiés", un álbum de Spirou dibujado por otro de los grandes, Yoann.

    Todo muy recomendable, la verdad ;)

    ResponderEliminar
  5. A mí estos lugares tan a la inglesa me atraen muchísimo. Aunque sea casi imposible, entrar alguna vez en uno es uno de mis sueños a cumplir. El cómic muy recomendable:
    http://licerrock.blogspot.com.es/2012/01/green-manor-16-encantadoras-historietas.html

    ResponderEliminar
  6. Menudo repaso más detallado el tuyo, Sergi. "Les géants pétrifiés" lo leí y no me acabó de apasionar como otros de Spirou, pero bueno no estaba mal. El dibujo de Yoann si me gustó, ya que pienso que personaliza mucho su dibujo de la "franquicia" del célebre botones. Me alegro que, por fin, te hayas dejado caer por aquí con un comentario. A ver si, en breve, acabamos dando una buena primicia tuya por aquí, que ya sabes me encantaría.

    Mr. Gibson, a mí el ambiente victoriano y decimonónico inglés también me atrae mucho. Precisamente, ahora estoy leyendo "La posada de Jamaica" de Daphne Du Marier, una estupenda novela de intriga, atmósfera y romanticismo que recupera ese gusto británico tan singular.

    Muy buena reseña, por cierto. Al final, como decía, tendremos que hacer un club de seguidores de Green Manor je,je.

    Saludos desde dentro del laberinto a ambos.



    ResponderEliminar